¡Buenas tardes!
Hoy os traemos el secreto mejor guardado de la familia, la receta de las croquetas de mamá. Las croquetas me encantaban, de hecho diría que eran de mis comidas preferidas cuando salía de casa. Cuando me diagnosticaron la celiaquía las echaba muchísimo en falta, y ha costado mucho tiempo, mucho esfuerzo y muchas pruebas para dar con un resultado con el que estoy súper encantada. Ahora vuelvo a comer unas croquetas… ¡ESPECTACULARES! Pero bueno… no nos enrrollamos y os dejamos directamente con la super receta:
- 100gr de pechuga de pollo cocida.
- 1 huevo cocido.
- 80gr de jamón serrano.
- 90gr de harina de arroz.
- 80gr de cebolla.
- 500ml de leche
- Pan rallado
- Una pizca de sal.
- Aceite de oliva.
- Cortamos todos los ingredientes y los dejamos a un lado:
2. Sofreímos la cebolla con un chorrotón de aceite de oliva y añadimos la sal.
3. Añadimos la harina de arroz y mezclamos todo para que se adiera todo, en el caso de que quede algo “seco”, podemos añadir un poco más de aceite.
4. Sin dejar de remover, añadiremos la leche previamente calentada poco a poco, removiendo en un principio con la cuchara y después con las varillas. No debemos dejar de remover hasta conseguir que todos los grumos de harina se disuelvan.
5. Cuando tengamos una masa finita pero a la vez un poco espesa, le añadiremos el pollo, el huevo duro y el jamón.
6. Tras mezclarlo todo bien, dejaremos reposar la masa cubierta con un film transparente durante una hora a temperatura ambiente, y después unas 6 horas más en el frigorífico, para que se enfríe y sea más fácil de moldear.
7. Pasado este tiempo y cuando esté ya fría, procederemos a hacer las croquetas. Para ello, prepararemos 2 cuencos con huevo batido y pan rallado.
8. Con la ayuda de una cuchara, moldearemos una bola de masa y la pasaremos por pan rallado. Seguidamente por huevo, y por último por pan rallado otra vez.
9. Para terminar, las freiremos en abundante aceite de oliva caliente hasta que queden doradas y.. ¡listas para comer!